Mauro Pérez supo inculcar a sus hijos y nietos el amor a la tierra y el gusto por el trabajo bien hecho. La tradición familiar ha sobrevivido a lo largo de la historia y los Pérez Pascuas llevan el cultivo del Tinto Fino y la elaboración de vinos en sus genes.
Las 120 hectáreas de viñedo en propiedad, situadas en un suelo y altitud privilegiada, han permitido a estos intrépidos pioneros, producir un vino que lleva en cada sorbo el sabor de su tierra, una firme apuesta por mantener la personalidad de su elaboración.
Una familia afable y optimista cuya impronta humana se transparenta en la elaboración de sus vinos: CEPA GAVILÁN, VIÑA PEDROSA, FINCA LA NAVILLA Y PÉREZ PASCUAS GRAN SELECCIÓN.